lunes, 30 de enero de 2017

Aprovechamiento Parque Nacional del Teide

 
Introducción:
El Parque Nacional del Teide tiene una extensión aproximada de 19.000 metros cuadrados y regularmente se realizan modificaciones, actualizaciones y ampliaciones de su superficie. A lo largo de la Historia se han aprovechado los recursos que ofrece la cumbre tinerfeña en beneficio de sus habitantes.


Estos son algunos de los recursos que nos brinda el Parque Nacional del Teide:


APICULTURA:
Es uno de los pocos usos tradicionales que todavía se autorizan en el Parque, debido a los beneficios que supone para la vegetación. Durante los meses de primavera y verano se suben colmenas a los asentamientos apícolas permitidos. Las abejas aprovechan la intensa floración de estas estaciones, produciendo mieles de unas propiedades extraordinarias, especialmente la de Retama del Teide. En ocasiones nos encontramos algún cartel que nos advierte de esta actividad y debemos extremar las precauciones.
 

RECOLECCIÓN DE NIEVE:
También se aprovechaba la nieve y el hielo acumulado en grietas y cuevas, como por ejemplo la Cueva del Hielo, ubicada en el Sendero nº7, unos metros por encima del Refugio de Altavista en las Laderas del Teide. Los vecinos, en su afán de aprovechamiento, llegaron a construir pozos para su almacenamiento y posterior comercialización. Los bloques de hielo se envolvían en sacos y se transportaban en mulas a los pueblos. Las personas que se dedicaban a esta actividad eran conocidos como “neveros”.




Resumen de la información encontrada sobre la Cueva del Hielo.

“En el Refugio de Altavista se dejaban las mulas y los operarios se trasladaban hasta la Cueva del Hielo, extraían el hielo en bloques, que se forraban con sacos y helechos, para posteriormente trasladarlos a hombros hasta la pequeña meseta de Altavista. En este punto se cargaban en las mulas para luego ser llevado hasta las poblaciones. Esta cueva, que en realidad es parte de un tubo volcánico que se ha hundido, quedando un hueco por el que se desciende hasta el fondo de la misma. Está situada a unos 3.500 metros de altitud, tiene unos 55 metros de longitud, 9 metros de altura y unos 15 metros de ancho.




La nieve se explotaba en Tenerife desde mediados del siglo XVIII, utilizándose para el consumo y para el comercio. El aprovechamiento de la nieve para fabricar hielo, permitió que se pudieran conservar alimentos, hacer bebidas frías o incluso helados. El negocio de la nieve era rentable principalmente en verano. Las neverías eran los puntos de venta de nieve y hielo o de productos que la contenían, por lo que era común que estas coincidiesen con cafés, que la comercializaban principalmente en forma de helados y bebidas frías. Los neveros eran las personas encargadas de la explotación de la nieve. La recogían, transportaban y suministraban en la ciudad a los suministradores minoristas o comerciantes. Dentro de los neveros existían varias especialidades, los peones, que recolectaban la nieve, los pisoneros que se encargaban de compactarla dentro de los pozos y los arrieros que la transportaban en las mulas. Se comenzaba recolectando la nieve superficial en los puntos más próximos a las poblaciones, aprovechando toda la que se podía directamente de la depositada sobre el terreno. Esta nieve es la primera que desaparece por el deshielo por lo que su aprovechamiento era limitado, lo que obligaba casi a diario tener que subir a mayor altitud para conseguirla. A medida que la nieve superficial desaparece, esta se conserva mayor tiempo en el interior de las grietas naturales, aunque eso si a mayor altitud y por tanto más alejadas de la población.



También se construyeron Pozos de Nieve, realizados por los neveros, consisten en hacer un pozo de planta más o menos circular (aunque hay alguno con planta rectangular) con una escalera lateral de piedra. Todo el pozo está anillado de piedra. A demás de la nieve que pudiera caer dentro por efecto de las nevadas, los neveros introducían más de la existente en los alrededores, por lo que los pozos debían construirse en lugares estratégicos. Estos lugares debían estar en la parte baja de alguna ladera para facilitar el relleno del mismo con la nieve de los alrededores. En 1857 se solicitó la construcción de 8 pozos (Portillo, Maja, Caramujo, Llano de la Pieza, Fuente de Las Vacas y Cerrillar) que se cree nunca se llegaron a construir. Como la nieve superficial y la de las grietas naturales desaparecía rápidamente, se construyeron los pozos con el fin de garantizar los suministros a las poblaciones. La nieve guardada en los pozos duraba mayor tiempo que la del resto, a excepción de la de la cueva del hielo que duraba todo el año, aunque el problema de esta última era la dificultad para extraerla y su transporte era más complicado por la altitud a la que se encuentra la cueva y el tortuoso sendero para llegar. Por tanto la mejor solución eran los pozos. La nieve era transportada desde los puntos de recogida hasta La Orotava, La Laguna y Santa Cruz. Además de la que el pozo pudiese contener directamente de las nevadas, por medio de peones con el uso de palas de madera y cestas, la nieve de los alrededores del pozo se amontonaba para introducirla posteriormente en capas en el interior del pozo.



El pisonero era el encargado de compactar la nieve en capas que a su vez eran distribuidas en filas, utilizando helechos, paja o sarmientos para separarlas. Una vez lleno el pozo, este se tapaba hasta que llegase el momento de extraerla (cuando ya no quedaba nieve en el exterior). El fondo del pozo estaba forrado con un tablado de madera, para permitir el drenaje. La nieve compactada en el interior de los pozos se llegaba a mantener hasta dos años. La nieve se transportaba sobre mulas en bloques a medida de los serones (albarda especial para el transporte de la nieve). Cada mula transportaba dos cargas de unos 40 Kg de nieve. Los bloques se forraban con paja, helechos y sacos o mantas. El transporte se realizaba por la noche, para reducir el riesgo de deshielo de los bloques.
Con la aparición del hielo artificial sobre 1895, el negocio de los neveros fue desapareciendo, hasta que sobre 1920 terminó por desaparecer definitivamente, conservándose únicamente los restos de los pozos de los neveros, la Cueva del Hielo y la historia”.



ARRIEROS:
Los caminos que atraviesan la cumbre fueron, antaño, las más importantes vías de comunicación para el intercambio comercial. Por el Parque Nacional transcurre parte de uno de esos senderos importantes: Camino Real de Chasna. Actualmente también conocido como GR 131. Por estas sendas transitaban los arrieros, que transportaban a lomos de animales de carga todo tipo de productos entre las distintas poblaciones, a cambio de un salario o trueque.

CARBONEO:
Durante su estancia estival en Las Cañadas del Teide, los pastores y apicultores aprovechaban la leña de retama para elaborar carbón vegetal, que luego vendían, obteniendo así unos ingresos económicos complementarios. Esta práctica produjo una sobreexplotación del recurso y una transformación del medio natural. Tras la declaración del Teide como Parque Nacional en el año 1954, se prohibió esta actividad.

APROVECHAMIENTO TRADICIONAL DEL CONEJO:
El conejo silvestre es una especie introducida, con una excelente adaptación al medio y que no tiene predadores naturales. Tradicionalmente se ha practicado su captura con perro y hurón, hasta el extremo de ser parte del acervo cultural de Canarias. Para evitar daños a la flora, se autoriza la práctica de dicho aprovechamiento como herramienta de control de sus poblaciones.




CAZA MAYOR:
A principios de los años 70 se introdujeron nueve ejemplares del Muflón de Córcega, con fines cinegéticos, en las Siete Cañadas, sin tener en cuenta el daño que estos animales podrían causar a la flora autóctona. Actualmente, para el control de la especie, se disponen fechas para su captura mediente Órdenes de Caza. Vienen cuadrillas de diferentes puntos del archipiélago para este fin.




ACTIVIDADES DEPORTIVAS:
El Parque Nacional es un excelente marco para la práctica deportiva y es frecuente encontrar corredores de montaña, ciclistas y senderistas en las diferentes veredas. También existen rampas de lanzamiento de parapentes y pista homologadas para quads y vehículos 4 x 4. Cada año podemos encontrar deportistas de élite, como Froome o Alberto Contador, entrenando en este privilegiado entorno. 




EXCURSIONES TURISMO:                                         También existen agencias de viajes que ofrecen excursiones programadas para turistas y visitantes. Incluso llegan Jeep Safari de otras islas.




RESTAURACION. PERNOCTACIONES:
Dentro del Parque existen cafeterías y restaurantes donde los visitantes pueden descansar y programar sus actividades. El Parador Nacional de Las Cañadas del Teide y el Refugio de Altavista, situado a 3260 msnm, también ofrecen alojamiento. Desde el Refugio de Altavista salen grupos de senderistas para ver amanecer en el Pico y observar la sombra del Teide proyectada sobre La Gomera o el mar de nubes que en ocasiones rodean a las islas.




CLIMATOLOGÍA:
En la Montaña de Izaña, 2390 msnm, se encuentra el Observatorio Atmosférico y el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña (CIAI), instalaciones pertenecientes a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para la investigación de los componentes atmosféricos, desarrollos medioambientales, calidad del aire y proyectos de investigación.





ASTROFÍSICA:
También en la Montaña de Izaña de encuentra el Observatorio del Teide, perteneciente al Instituto de Astrofísica de Canarias (I.A.C.). En este enclave se encuentran diferentes telescopios, en colaboración con diferentes agencias internacionales, para la observación y el estudio astronómico.




TELECOMUNICACIONES:
Podemos encontrar las instalaciones de Retevisión, centro emisor de Izaña, ubicadas entre el Instituto de Astrofísica de Canarias y la Agencia Estatal de Meteorología, para dar soporte a las telecomunicaciones insulares. 




DEFENSA:
El Ministerio de Defensa posee terrenos para realizar maniobras, campo de tiro para aviación e instalaciones de telecomunicaciones, abarcando una extensa superficie.




MUSEO:
Museo dedicado a Don Juan Évora, que junto con Don Diego Hernández, fueron los últimos pastores que mantuvieron el modo de vida tradicional canario, dedicándose preferentemente a la ganadería, en Las Cañadas del Teide. Se encuentra en Boca Tauce, cerca de los Corrales de Teresme.
 

Como podemos observar, el uso que se hace del Parque Nacional del Teide es variado y es labor de todos contribuir a su conservación.



SANTA CRUZ DE TENERIFE A 30 DE ENERO DE 2017



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