Introducción:
Nuestro propósito de hoy es visitar un paraje idílico en el Municipio de Los Realejos, denominado Rambla de Castro. Es un gran palmeral que convive con varias especies de dragos, tabaibas, cardones y laureles, que antaño fue una gran Hacienda. En sus dominios podremos encontrar construcciones importantes que marcaron una época, como son: la Casona de los Castro, la Ermita de San Pedro, el Fortín de San Fernando y el Elevador de Aguas de La Gordejuela.
Itinerario:
Salimos por el camino empedrado que se encuentra antes del Mirador y bajamos zigzagueando hacia el Barranco de Castro. La primera parada es para admirar un enorme y frondoso Laurel de Indias, el cual se trajo de Cuba en el S.XIX y cuyas enormes raíces han devorado el muro de la vereda que transitamos.
Nuestro propósito de hoy es visitar un paraje idílico en el Municipio de Los Realejos, denominado Rambla de Castro. Es un gran palmeral que convive con varias especies de dragos, tabaibas, cardones y laureles, que antaño fue una gran Hacienda. En sus dominios podremos encontrar construcciones importantes que marcaron una época, como son: la Casona de los Castro, la Ermita de San Pedro, el Fortín de San Fernando y el Elevador de Aguas de La Gordejuela.
Casona y Playa de Castro |
Como llegar:
Llegamos al Municipio de Los Realejos por la autopista del norte denominada TF 5, atravesamos el túnel del Barrio de San Vicente y desembocamos en el Mirador de San Pedro. Hay espacio suficiente para aparcar el coche. Desde este punto podemos divisar la costa de San Juan de La Rambla y el Barranco de Ruiz, a la izquierda; al frente, cultivos de plataneras, dragos, palmeras y la urbanización de chalets Ramblas del Mar. Debajo nuestro se encuentra la Ermita de San Pedro, construida en el siglo XVIII y que contiene una imagen del Apóstol. A la derecha podemos ver la zona principal de la Rambla de Castro. A nuestra espalda, la Ladera de Tigaiga. Playa de Castro |
Itinerario:
Salimos por el camino empedrado que se encuentra antes del Mirador y bajamos zigzagueando hacia el Barranco de Castro. La primera parada es para admirar un enorme y frondoso Laurel de Indias, el cual se trajo de Cuba en el S.XIX y cuyas enormes raíces han devorado el muro de la vereda que transitamos.
Más adelante giramos a la derecha para dirigirnos, por una pasarela o paseo de madera, bordeado por una caudalosa atarjea, hacia el naciente Madre del Agua. El agua brota de las rocas y alimenta a la flora y fauna de este paraje.
También podemos ver varios estanques al borde de su capacidad de embalse. A nuestro alrededor destacan, sobre todo, las esbeltas Palmeras Canarias. Retomamos de nuevo el camino y la siguiente parada la realizamos en la Hacienda de Hernando de Castro, conocida como La Casona, cuya propiedad y explotación se le atribuyen como pago por los servicios prestados a la Corona de Castilla durante la Conquista realizada por Alonso Fernández de Lugo. Data del siglo XVI y aunque está cerrada, podemos pasear por sus patios y rincones.
Esta preciosa hacienda fue restaurada hace algunos años, pero ha vuelto a caer en el abandono. En un principio se dedicó a la explotación de la caña de azúcar, después a las viñas y en la actualidad a las plataneras. Cerca se encuentra el Caserío de El Mayorazgo, donde podemos ver un lavadero que utilizaba el servicio de los señores de la hacienda.
Seguimos el sendero por el Camino El Guindaste que conduce hasta un antiguo embarcadero de pescadores para curiosear por la zona y volvemos al sendero principal. Continuamos el trayecto y bajamos a la Playa de Castro por un acceso reformado recientemente y protegido con barandillas.
En mitad de la playa hay un sendero que conduce a una edificación que, antaño, servía para bombear el agua que se extraía de las galerías. Bordeando esta edificación entramos en una galería de agua, con varios ramales en su interior, que nos lleva a la zona de La Fajana.
Desde la entrada hasta la salida tenemos que recorrer 100 metros, por lo que es conveniente llevar linternas; debemos tener cuidado en no resbalar con el agua de la galería y no desviarse por los diferentes ramales interiores.
Este acceso, actualmente, está cerrado. Ya en la zona de La Fajana nos encontramos con dos entanques, para recoger el agua de las galerías y manantiales de la zona baja del litoral, anexados a varias edificaciones antiguas.
Estanques en la Playa de La Fajana |
Una de ellas alberga un potente motor, ahora abandonado y descuartizado, el cual bombeaba el agua hacia las zonas altas del municipio; se pueden observar diferentes conducciones y canalizaciones en el entorno de este paraje que se utilizaban para regar las plataneras. Hasta hace pocos años estas instalaciones hacían la función que anteriormente ejercía el Elevador de Aguas de La Gordejuela, el cual podemos observar al final de la playa. Al carecer de mantenimiento, el agua embalsada se pierde en el mar por los aliviaderos de los estanques.
Además las canalizaciones férreas han sido erosionadas por el salitre del mar y pronto perderán el agua por sus conductos, antes de llegar a los estanques. Salimos por detrás de las mencionadas edificaciones y empezamos a subir poniendo rumbo hacia otro enclave importante de la Rambla de Castro: el Fortín de San Fernando (año 1.808).
Desde aquí se puede ver un maravilloso paisaje, hacia cualquier lugar donde se mire. Debajo del fortín se encuentra la edificación y la galería que atravesamos anteriormente y el Roque del Camello. Esta fortificación la construyó Hernando de Castro, a finales del siglo XVIII, para protegerse de los posibles ataques piratas, siendo Agustín de Bethencourt y Castro quien, en 1.808, instaló una tronera con cinco cañones aunque sólo quedan tres en la actualidad.
Fortín de San Fernando |
Volvemos hacia el sendero superior, el cual separa el Barrio de San Vicente de la costa de La Fajana, cruzamos por un puente de madera hacia el otro lado del Barranco de La Calera, que en este tramo es conocido como Barranco de Godinez o Barranco de La Fajana, y subimos por un camino vallado con una pronunciada pendiente. Aquí hay un tramo del sendero cubierto de cemento, recién restaurado. Pronto llegamos a las ruínas del antiguo Elevador de Aguas de La Gordejuela o Estación de Bombeo de Gordejuela. Antes nos encontraremos con una nueva edificación, que rinde homenaje a la labor que desempeñó esta vetusta construcción, la cual tiene grabada en el suelo de su patio “Gordejuela 1905”.
Se puede bajar hasta el mar para ver de cerca lo que queda de esta arquitectura, pero debemos llenarnos de paciencia para volver a subir las interminables escalinatas. Este acceso ha sido cerrado. Dicha estación de bombeo fue construida por la empresa Hamilton y Compañía, comenzando la primera fase en 1.903, y destaca porque en su interior se instaló la primera máquina de vapor, para uso industrial, de la isla de Tenerife.
Estación de Bombeo de La Gordejuela |
Esta edificación destaca porque su construcción fue muy importante en su tiempo y porque se llevó a buen término en unas condiciones orográficas difíciles. También podemos observar el viejo cabrestante que surtía de alimentos, materiales y enseres a sus ocupantes. Seguimos, atravesamos el Barranco de Palo Blanco por un puente de hierro, tomamos el camino por el acantilado, y podemos divisar a lo lejos el pueblo de Punta Brava y Puerto de la Cruz. Antes se encuentra la Playa de Los Roques que tiene su acceso cerrado por desprendimientos.
Playa de Los Roques |
La Gordejuela |
También podemos empezar el recorrido bajando por la carretera de la Playa del Socorro, girando en el primer ramal a la derecha y llegar hasta la urbanización de chalets Ramblas del Mar. Posteriormente cruzamos un pequeño túnel y comenzamos el sendero por un camino vallado hacia la zona de El Guindaste. Si seguimos los senderos marcados y no nos aventuramos por rutas complicadas, podemos ir con niños.
Edificación en La Fajana |
Santa Cruz de Tenerife a 04
de Marzo de 2012